lunes, 15 de octubre de 2012

MOTÍN DE ESQUILACHE


El marqués de Esquilache, el principal ministro del rey Carlos III, se había propuesto un programa de modernización de la villa de Madrid.


Este plan incluía la limpiezapavimentación y alumbrado público de las calles, la construcción de fosas sépticas y la creación de paseos y jardines. Teniendo en cuenta que en aquella época lo habitual era el gritar "¡agua va!" mientras se arrojaban las aguas sucias desde la ventana a la calle, no parecían malas medidas.


Sin embargo, entre estas medidas el marqués de Esquilache incluyó la renovación de una prohibición ya existente, que pretendía erradicar el uso de la capa larga y el chambergo (un sombrero redondo de ala ancha), vestimentas por otra parte tradicionales de la época. Esta prohibición se basaba en el hecho que estas vestimentas permitían ocultar el rostro y armas a su portador, fomentando así toda clase de delitos y desórdenes. 


En un clima de escasez de alimentos, estas medidas volvieron al ministro extremadamente impopular, situación agravada por su origen italiano. Esquilache, lejos de amedrentarse, ordenó a los soldados que forzaran el cumplimiento de la orden, sucediéndose pequeños conatos violentos.



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